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viernes, 19 de noviembre de 2010

El ‘Slow Food’ o “Greenpeace de los alimentos” echa raíces en Jerez


La nueva asociación, contraria a la invasión del ‘fast food’ y el ritmo de vida frenético, espera el reconocimiento de la matriz italiana de este movimiento internacional
La vida hay que tomársela con calma. Hay que disfrutar de la convivencia con los amigos, de los alimentos en compañía, de la naturaleza… El slow food debe entenderse como un estilo de vida que huye del ritmo frenético que se impone en las sociedades avanzadas, en un mundo globalizado en el que se generan costumbres como la invasión de la fast food en la que se ven atrapados los ciudadanos sin apenas posibilidad de escapatoria.
El Slow Food surgió a mediados de los ochenta en Italia como un movimiento espontáneo, una asociación sin ánimo de lucro integrada por personas comprometidas con la biodiversidad, los productos ecológicos, la educación por el gusto, una filosofía que poco a poco fue arraigando en otros lugares hasta agrupar hoy día a más de 80.000 personas de más de un centenar de países.
Tras un primer intento fallido de crear un foro eco-gastronómico en Jerez, hace ya cuatro años, ayer se constituyó el Slow Food Xerez, asociación privada, que integran un grupo de personas con nombre y apellido, “que no representan a nada ni a nadie, salvo a sí mismos” y que espera recibir la aceptación de la asociación internacional como miembro de pleno derecho.
Jesús Parra, miembro de la gestora de esta iniciativa, asegura que “Slow Food es el Greenpeace de los alimentos”, una asociación que bebe de las fuentes de la “antiglobalización” para hacer frente “al capitalismo y el ritmo de vida rápida que nos invade”.
En otras palabras, también las de Parra, “en esta asociación lo que importan son las personas, gente que quiere disfrutar de un espacio de sociedad civil, más allá de la política”, y que tiene en mente desarrollar un gran número de proyectos, entre los que destaca la creación de una red ‘Slow Food’ en la zona de comercios e iniciativas empresariales, en definitiva, “que compartan el espíritu de la vida lenta, con valores y respeto a la naturaleza, que defiendan las producciones ecológicas…”.
“Queremos fomentar el consumo sabio, consumidores que tengan interés por saber, por conocer, y no gourmets o personas que se dejen guiar por las modas o por la publicidad”, explica Parra, quien al margen de la creación de la red también alude a las actividades lúdicas que organizará ‘Slow Food Xerez’, entre las que cita visitas a explotaciones agrícolas, viñas, mercados o catas.

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